(Ha llegado la hora instructiva)
La compra es el resultado de una emoción (si es positiva, el cliente compra; de lo contrario... pues no!). Ésta es la base del marketing emocional.
El factor emocional puede perfilarse o diseñarse para suscitar una serie de sentimientos. En los periodos y momentos de crisis, o cuando la gente está más estresada, éste comienza a tomar mayor protagonismo dentro de las estrategias. Por ello las marcas tienen la misión de transmitir alegría (esto me recuerda mucho a la Coca-Cola) y sensaciones positivas con el exclusivo objetivo de que asocien el consumo de los productos con agrado y satisfacción.
Lo que se persigue es que las emociones se perciban en las campañas, y para esto muchas veces se recurre al humor y al doble sentido.
Si todo esto se logra, al cliente no le importará comprar en un sitio que resulte ser mucho más caro que otros, ya que su sensación final es la certeza y seguridad de que su compra es una opción segura y con la garantía de que ante cualquier problema su solicitud será atendida.
Y esto, señores míos, esto es lo que simplemente llamamos... Marketing Emocional (aplausos!).
No hay comentarios.:
Publicar un comentario